martes, 11 de noviembre de 2008

Plantar un libro, tener un arbol y escribir un hijo

Muchas veces preguntan: "qué harías si supieras que mañana te vas a morir". Y bueno mucha gente se reune en blogs como este para responder... quizás la respuesta más extraña fue "besar a alguien lo más rico posible (sea varón o mujer)". La verdad es que no quiero saber si fue varón o mujer quien escribió eso.

Todos nos hemos respondido esa pregunta en algún momento... de hecho la respuesta que alguna vez tuve fue copiada de una película: "Aroma de Mujer" con Al Pacino, quien interpretando a un ex comandante de la marina o ejercito si mal no recuerdo, planeó tres cosas antes de morir: Acostarse con la prostituta más cara y mas buena de Las Vegas, ir a comer al restaurante más caro de toda la ciudad y alojarse en el hotel más lujoso. Después de eso qué? pregunta el chico que lo acompaña durante toda la película y él responde: blow my brains out!.

Y bien, quién no ha pensado en eso en algún momento! en la película: "Antes de partir", se ve cómo Jack Nicholson se almuerza a una azafata demasiado buena (a mi parecer) en su jet privado.

Y es que hablar de eso es un tema muy controversial... y quizás la respuesta que más me gusto fue: Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Tras un análisis de unas cuantas horas y dejando de pensar y empezando a sentir mis palabras llegué a la conclusión: no quiero ser un cochino mono! yo quiero plantar un libro, tener un árbol y escribir un hijo.

Quiero plantar un libro: por qué? por que a diferencia de la creencia popular las respuestas de la vida no se encuentran en libros, la universidad y el colegio nos vuelven seres macrocefálicos indiferentes a emociones y sentimientos, racionales, torpes y calculadores. Bueno por ahí alguien pensará: no se puede dar un examen con el corazón. Responderé como bien alguna vez dijo Jesús: Dale al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Empezar a darle mejor calidad de vida al corazón a la larga se vuelve mejor que darle comida al cerebro, si bien es cierto las exigencias del mundo de hoy son muchas, no lo niego... hasta para aprender a aplicar esto hay que leer, voy al punto de que nos hemos racionalizado tanto... por el mundo, que olvidamos lo que es ese hormigueo en la boca del estómago cuando se ve a la persona que se quiere.

Tener un árbol: y si! no sé de donde conseguir una semilla, me da pereza pensar donde comprarla, no se donde lo plantaría y mucho menos cuidarlo. Pero si seguiría el consejo del grupo Néctar y escribiría "en aquel arbolito tu nombre y el mío". Tener un árbol es ahora el boom del momento, todos a la reforestación! plantar arboles en el cerro de La Molina y perseguidos por el ministro de ambiente (jajaja... nunca me canso... ministro de ambiente) daremos más oxígeno a las familias de la ciudad. No estoy en contra... sólo que... plantarlo? y si no vuelvo nunca más al lugar donde lo planté? pobre.

Escribir un hijo: creo que si... no digo ahora! pero sí. En mi rica experiencia como hijo, y nula como padre, podría asegurar que es difícil, un trabajo de tiempo completo sin sueldo a fin de mes y que incluye gastos de alimentación, educación y por ahí algún berrinche concedido. Sin embargo creo que a pesar de eso, no me he librado del pensamiento de algún día tener un pequeño retoño. Un Fernandito a quien dejarle mi experiencia, sin que él sea una extención de mi, si no el reflejo de alguien que alguna vez habitó este mundo. Y si, un hijo. Escribir un hijo. Escribir su historia con la ilusión de que sea mejor que yo.

Ahí queda pues lo que quisiera hacer. A veces uno quisiera hacer miles de preguntas antes de morir, para que viví?, a donde me voy? que va a ser de mi familia? como es Dios?... o si los viejos o personas mayores se masturban (que clase de persona que dice que te quiere puede hacer pregunta semejante). Pero como ven, es mejor no preguntar... es dejarse llevar...

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